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Friday, March 15, 2019 - 12:18
Submitted 5 years 9 months ago by j_aguera.
Uno de los trastornos más comunes y más ignorados en la etología clínica, tanto por el propietario común que desconoce que existe, como por el médico veterinario que no lo reconoce.
El carácter que define a esta enfermedad es la de la falta de estimulación o información sensorial como resultado de un desarrollo en un ambiente muy poco enriquecido durante los primeros meses de vida. Una vez que el trastorno se ha cronificado la posibilidad de rehabilitación disminuye considerablemente y aunque utilizando técnicas de modificación conductual logramos a veces obtener resultados positivos, estos por lo general nunca son espectaculares y toman mucho tiempo y dedicación, simplemente para que el paciente logre tener una vida al menos aceptable con menos sufrimiento.
Estos animales pueden presentar miedos excesivos, ser tímidos ante extraños o afuera, aparecer como si hubiesen sido maltratados ya que suelen verse con postura baja y como si quisieran fundirse en la pared, mostrarse agresivos con extraños, ser altamente reactivos a todo lo desconocido y siempre mantenerse en estado de hipervigilancia, lo cual motiva a los propietarios consultar.
Se trata de un defecto en el desarrollo de las conexiones interneuronales consecuencia de un desarrollo en un medio poco estimulante. Los trastornos tienen lugar a partir de que el animal no cuenta con capacidad para desarrollar estrategias que le permitan adaptarse en un medio.
Es una afección del desarrollo que se presenta en animales mayores de dos meses. Su diagnóstico precoz es importante ya que un tratamiento iniciado antes de la pubertad tiene mejor pronóstico.
Signos:
Respuestas fóbicas, ansiedad permanente, estado depresivo crónico. Estas respuestas de miedo son producto de un importante resultado de un grave déficit estructural de zonas nerviosas.
Correo del autor:
dogcare_comportamiento@hotmail.com